Diferencia entre Ahorro de Energía y Eficiencia Energética: ¿qué debo hacer?

La preocupación por el consumo energético ha ido en aumento en los últimos años. Las empresas y los hogares buscan reducir su consumo de energía para ahorrar costos y contribuir al cuidado del medio ambiente. Tener clara la diferencia entre la eficiencia energética y el ahorro energético se vuelve indispensable para aplicarlos de manera correcta en nuestra vida diaria.

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El Ahorro de Energía: Reduciendo el consumo

El ahorro de energía se enfoca en la búsqueda de reducir la cantidad de energía consumida en nuestras actividades diarias. Consiste en adoptar nuevos hábitos energéticos más eficientes para disminuir el consumo de energía sin comprometer el confort, los servicios o la producción. Su objetivo principal es lograr una reducción en el uso de servicios energéticos como la calefacción, el aire acondicionado y la iluminación.

Existen diversas acciones que podemos llevar a cabo para ahorrar energía en nuestro hogar o empresa. Por ejemplo, podemos adaptar la temperatura de la climatización a valores no demasiado extremos, apagar y desconectar los aparatos electrónicos cuando no los estamos utilizando, reducir la temperatura máxima del agua caliente, apagar luces innecesarias en habitaciones vacías y cerrar ventanas y puertas cuando los dispositivos de climatización están encendidos.

Sin embargo, el ahorro de energía a través de la reducción del consumo puede tener sus limitaciones a largo plazo. Por ejemplo, reducir la temperatura de la calefacción en invierno puede afectar el confort térmico de nuestro hogar o lugar de trabajo, lo cual puede no ser sostenible a largo plazo. Por lo tanto, es fundamental combinar el ahorro de energía con la eficiencia energética para lograr resultados más duraderos y beneficiosos.

La Eficiencia Energética: Optimizando el consumo

Mientras que el ahorro de energía se centra en reducir el consumo, la eficiencia energética busca mantener un bajo consumo de energía al desarrollar nuestras actividades habituales sin afectar el confort, los servicios o la producción. La eficiencia energética implica utilizar la energía de manera más eficiente para maximizar su aprovechamiento y reducir las emisiones contaminantes. Su objetivo es lograr la máxima reducción de energía final consumida, protegiendo el medio ambiente al eliminar las emisiones de CO2.

La eficiencia energética se logra mediante la implementación de medidas y sistemas que optimizan el consumo de energía sin comprometer la calidad de los servicios. Por ejemplo, podemos reemplazar nuestros electrodomésticos por modelos más eficientes, utilizar sistemas de iluminación de bajo consumo como las bombillas LED, implantar sistemas de climatización más sostenibles y eficientes, contar con un buen aislamiento térmico en nuestros edificios, instalar termostatos y temporizadores en los equipos de climatización, y apostar por fuentes de energía renovable como la energía solar fotovoltaica y la aerotermia.

La eficiencia energética no solo nos permite reducir las emisiones contaminantes y proteger el medio ambiente, sino que también puede generar ahorros en la factura de energía a largo plazo. Al utilizar la energía de manera más eficiente, logramos maximizar su aprovechamiento y reducir los costos asociados. Además, la implementación de medidas de eficiencia energética puede mejorar la calidad de vida de las personas al proporcionar un entorno más cómodo y saludable.

¿Cuál es la importancia de la eficiencia energética?

La eficiencia energética desempeña un papel muy importante en la búsqueda de un futuro sostenible y en la transición hacia una economía baja en carbono. Existen varios motivos por los cuales es importante prestar atención a la eficiencia energética en nuestras actividades diarias.

  1. En primer lugar, la eficiencia energética tiene un impacto directo y beneficioso sobre el medio ambiente. El uso eficiente de la energía nos permite reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y minimizar nuestra huella de carbono. Esto es especialmente relevante en un contexto de cambio climático y calentamiento global, donde cada pequeña acción cuenta para reducir el impacto negativo en el planeta.
  2. En segundo lugar, contribuye al bienestar mundial y social. El consumo excesivo de energía basada en combustibles fósiles tiene implicaciones económicas, sociales y geopolíticas. La dependencia de estos recursos no renovables puede llevar a crisis energéticas, pobreza energética y desequilibrios en el suministro energético a nivel mundial. Al mejorar la eficiencia energética, podemos utilizar los recursos de manera más racional y justa, evitando la sobreexplotación y fomentando la equidad.
  3. En tercer lugar, la eficiencia energética genera oportunidades de empleo. La transición hacia una economía más eficiente energéticamente y basada en fuentes renovables crea nuevos empleos en sectores como la construcción, la ingeniería y las energías renovables. Estos empleos suelen ser locales y contribuyen al desarrollo económico de las comunidades, brindando oportunidades laborales seguras y bien remuneradas.

¿Sabías qué?

La eficiencia energética también es beneficiosa para nuestro bolsillo. Al reducir nuestro consumo de energía, podemos ahorrar en nuestras facturas y destinar esos recursos a otras áreas de nuestras vidas. La implementación de medidas de eficiencia energética puede tener un retorno de la inversión a largo plazo, ya que los ahorros generados pueden superar los costos iniciales de implementación.

¿Cómo lograr un mayor ahorro de energía?

Ahora que sabemos la diferencia entre el ahorro de energía y la eficiencia energética, es importante saber cómo podemos lograr un mayor ahorro de energía en nuestras actividades diarias. Te presentamos algunas acciones prácticas que puedes implementar para reducir tu consumo energético:

1/ Adecua la temperatura de tu hogar o empresa a valores no extremos

En invierno, establece una temperatura de alrededor de 20-21°C durante el día y entre 15 y 18°C por la noche o en dormitorios. En verano, ajusta la temperatura a unos 25-26°C durante el día y utiliza ventiladores o sistemas de enfriamiento eficientes.

2/ Cierra las ventanas cuando prendas la calefacción

Cierra las ventanas cuando esté en marcha la calefacción o el aire acondicionado, y baja los protectores solares como toldos y persianas en las horas de mayor calor. Esto ayudará a mantener la temperatura deseada en el interior y evitará pérdidas de energía.

3/ No tapes los radiadores

Cuidado al tapar los radiadores con muebles o ropa, ya que esto dificulta la distribución del calor. Además, purga los radiadores antes de su primer uso cada invierno para eliminar el aire acumulado y mejorar su eficiencia.

4/ Electrodomésticos en stand by

Desconecta por completo los aparatos electrónicos cuando no los estés utilizando. El modo de espera o “stand by” sigue consumiendo energía, por lo que es recomendable apagarlos por completo o utilizar regletas con interruptor para desconectar varios dispositivos a la vez.

Tapa las sartenes y ollas al cocinar para acelerar el proceso de cocinado y utilizar más a menudo ollas a presión, ya que aceleran el tiempo de cocción y requieren menos energía.

5/ Aprovecha la luz natural

Aprovecha al máximo la luz natural. Mantén las cortinas y persianas abiertas durante el día para aprovechar la iluminación natural en tu hogar u oficina. Apaga las luces cuando no estés en una habitación. Esto puede parecer obvio, pero muchas veces dejamos las luces encendidas innecesariamente y esto representa un desperdicio de energía.

¿Cómo ser más eficiente energéticamente?

Además del ahorro de energía, la eficiencia energética es fundamental para maximizar el aprovechamiento de la energía que consumimos. Aquí te presentamos algunas medidas que puedes adoptar para ser más eficiente energéticamente:

1/ Aislamiento de tu vivienda

Asegúrate de tener una vivienda bien aislada. Esto incluye contar con paredes, techos, puertas y ventanas con un buen aislamiento térmico. Un buen aislamiento evita las pérdidas de calor en invierno y la entrada de calor en verano, lo que reduce la necesidad de utilizar sistemas de calefacción y refrigeración.

2/ Electrodomésticos eficientes

Elige electrodomésticos con etiqueta de clase alta A. Estos electrodomésticos son más eficientes en términos de consumo energético y suelen tener funcionalidades adicionales que permiten un uso más eficiente, como programas de lavado cortos y ajustes de temperatura.

3/ Instalación de termostatos o temporizadores

Instala termostatos o temporizadores para controlar el encendido y apagado de los aparatos de climatización. Esto te permitirá programar el funcionamiento de estos equipos según tus necesidades y evitará que funcionen innecesariamente cuando no los estás utilizando.

4/ Bombillas de bajo consumo

Utiliza bombillas de bajo consumo o LED en lugar de las bombillas incandescentes tradicionales. Las bombillas LED son más eficientes y duraderas, y consumen significativamente menos energía para producir la misma cantidad de luz.

5/ Revisión de la instalación eléctrica

Revisa la instalación eléctrica y térmica de tu hogar u oficina. Asegúrate de que no haya fugas de energía y de que los sistemas estén funcionando de manera eficiente. También considera la posibilidad de sustituir calderas antiguas por modelos más eficientes, como las calderas de biomasa.

6/ Energías de fuentes renovables

Considera la posibilidad de utilizar fuentes de energía renovable. La energía solar fotovoltaica para autoconsumo y la aerotermia para climatización y agua caliente son alternativas sostenibles y eficientes que te permitirán aprovechar fuentes de energía limpia y reducir tu dependencia de los combustibles fósiles.

Estas son solo algunas medidas que puedes tomar para mejorar la eficiencia energética de tu hogar u oficina. Recuerda que cada situación es única, por lo que es recomendable realizar un análisis personalizado de tus necesidades energéticas y buscar soluciones específicas que se adapten a tu caso.

Fuente de referencia: Diferenciapedia.com