¿Sabes qué es el gas ciudad y en qué se diferencia del gas natural?
El gas ciudad, también conocido como gas de alumbrado por ser usado sobre todo para iluminar las calles, era la fuente de energía que se utilizaba antes de que se descubriera el gas natural.
- En el pasado el gas ciudad se utilizaba para iluminar las vías públicas y cocinar.
- El gas ciudad está compuesto por hidrógeno e hidrocarburos y su obtención es mucho más costosa en comparación con el gas natural.
- Este tipo de gas no es natural y tampoco una energía limpia, por lo que contamina el medio ambiente.
- Algunas personas llaman al gas natural gas de ciudad, un error muy común, ya que el gas natural reemplazó al gas ciudad que en la actualidad está en desuso.
El gas ciudad a lo largo de la historia
A finales del siglo XVIII se empiezan a crear las primeras infraestructuras para el uso del gas canalizado que se logró gracias al gas ciudad, su principal función era iluminar las vías públicas, es por esto que se conoce popularmente como gas de alumbrado.
En 1815, París y Londres fueron las primeras ciudades en Europa en implementar un sistema de iluminación con gas de alumbrado, sin embargo, y a pesar del progreso que esto significó para las grandes ciudades, el gas ciudad no fue una solución energética rentable a largo plazo.
El principal problema del gas ciudad fue el complejo proceso que requería su producción, pues este gas se obtenía a partir de la quema del carbón o petróleo, lo que hacía que su fabricación fuera mucho más costosa que el gas natural en la actualidad, además no tenía mucho poder calorífico por lo que no se usaba para la calefacción de las viviendas.
Como es un gas que se fabrica y no se extrae de forma natural, recibió el nombre también de gas manufacturado, este gas se utilizó en España hasta los años 60 cuando fue sustituido progresivamente por el gas natural, siendo Barcelona la primera ciudad en contar con este tipo de suministro.
Diferencia entre gas ciudad y gas natural
El gas ciudad tiene varios nombres según la ciudad, la región o el país donde haya existido, entre los nombres más conocidos están gas alumbrado debido a su función principal de iluminar las calles, gas de hulla (tipo de carbón) o gas de coque utilizado más en las fábricas donde se producía.
Para obtener este gas se utilizaban grandes hornos para poder concentrar el calor, ya que se requerían temperaturas entre 1.200 °C y 1.300 °C para que la destilación seca de hulla o carbón se produjera, este proceso daba como resultado la mezcla de gases combustibles que luego se inyectaba en la red de distribución.
La composición del gas ciudad variaba según el carbón que se utilizará en el proceso, sin embargo, sus principales componentes eran el hidrógeno y el monóxido de carbono. También tenía metano, etileno, dióxido de carbono, nitrógeno y oxígeno.
Una de las particularidades del gas ciudad era la luminosidad que la llama creaba al arder, sin embargo, su poder calorífico no fue tan asombroso, ya que no lograba generar mucho calor, por lo que su uso casi siempre se limitó al alumbrado público y al uso en cocina.
UN CAMBIO POR EL PLANETA
El gas ciudad, aunque en su momento fue importante para el progreso de las ciudades, tuvo que ser reemplazado porque no era una energía verde, renovable o ecológica.
Aunque la producción del gas ciudad era costosa, su uso se popularizó, pues marcó un antes y un después en la sociedad. Las farolas de gas iluminaron las calles, reduciendo la inseguridad en las ciudades y fueron el comienzo de días más largos con una vida nocturna más activa y segura.
A finales de los años 60 el gas natural reemplazó al gas ciudad, puesto que era mucho más barato y fácil de distribuir, su extracción al conseguirse directamente de los yacimientos fósiles hizo que los costos se redujeran, ya que el único proceso que necesita el gas natural es el de purificación antes de ser distribuido.
Aunque el gas natural está compuesto por una mezcla de gases, el metano es su mayor componente y representa más del 80 %, en el 30 % restante se puede encontrar etano, propano, butano, nitrógeno, dióxido de carbono, sulfuro de hidrógeno, helio y argón. No obstante, su composición en muchas ocasiones varía de acuerdo al tipo de yacimiento.
La gran ventaja del gas natural fue su precio, era barato. Podía distribuirse más rápido y a un menor costo. Su poder calorífico también era mayor, por eso sus usos se diversificaron, se empezó a usar para el agua caliente y la calefacción, esto hizo que la demanda del servicio aumentará y por ende fuera más rentable tanto para las compañías como para los usuarios.
Desde el punto de vista ambiental, también fue un gran avance, ya que el gas natural, aunque no es una energía verde ni renovable, sí es mucho menos contaminante que el gas ciudad que producía mucho más monóxido de carbono y olores desagradables muy fuertes. Aunque el gas natural emite metano, su impacto en el medio ambiente es menor, por esto es considerado como la energía fósil más limpia.
Preguntas frecuentes sobre gas ciudad
No, debido a sus altos costos de producción, a su carácter volátil y altos niveles de contaminación se encuentra en desuso, por lo que nadie puede contratar el gas ciudad en la actualidad.
Aunque en la actualidad, las personas suelen llamar al gas natural gas ciudad por ser un servicio casi imprescindible en las ciudades y porque fue el que reemplazó al gas ciudad.
Para empezar, el gas ciudad emitía un olor muy fuerte y desagradable, por lo que el aire del lugar donde se usará se sentía pesado y era difícil respirar después de cierto tiempo.
Al emitir una gran cantidad de monóxido de carbono era muy peligroso para la salud, la inhalación del gas ciudad causaba pérdida de conocimiento o incluso la muerte en caso de exposición prolongada.
No, el gas natural es una mezcla de gases que se extraen de yacimientos fósiles, y los yacimientos no son recursos ilimitados, lo que quiere decir que no son fuentes renovables.
Las energías renovables son fuentes naturales que se renuevan constantemente, como la luz solar, el viento, los biocombustibles, entre otros.