Aunque los edificios antiguos no tienen el valor patrimonial de los históricos, es importante que al rehabilitarlos y realizar reformas completas se respeten todos sus principios estructurales.
Rehabilitación energética de edificios antiguos: ¿qué implica?
La rehabilitación energética, como proceso de renovación y mejora cuyo propósito es hacer que las construcciones antiguas sean más eficientes en términos de energía y sostenibilidad, no sólo son obras que disminuyen el consumo de energía, sino que mejoran la calidad de vida de sus ocupantes.
No obstante, aunque los beneficios de la rehabilitación energética de los edificios antiguos son evidentes, tienen que superar el desafío de la ponderación: ¿en realidad merece la pena invertir en renovaciones o simplemente sale más a cuenta asumir los gastos por consumo de energía?
Al no ser edificios con valor patrimonial, no hay ninguna ley que ampare su conservación ni renovación, de ahí que la decisión quede en manos de sus propietarios. Sin embargo, en ciudades como Las Palmas, las reformas se presentan como una excelente oportunidad para revitalizar inmuebles y adaptarlos a las necesidades actuales.
La mayor parte de los inmuebles españoles necesitan una renovación energética, ya que más del 80% tienen una eficiencia E, F y G. Sin embargo, la rehabilitación energética no es obligatoria.
Desafíos y soluciones de la rehabilitación energética de edificios antiguos
Quienes tienen un inmueble en un edificio antiguo tiene frente a sí las siguientes cuestiones:
- ¿Qué alcance requiere la rehabilitación energética?
- ¿Será una actualización o más bien un trabajo que requiere cambios estructurales?
- ¿Cuál será el retorno de la inversión en el tiempo?
- ¿Se contará con algún tipo de ayuda o subvención?
- ¿Cuánto tendrá que pagar cada propietario a razón de estas mejoras?
Luego están los desafíos propios de las obras. Para resolver estos retos lo que corresponde es explorar soluciones innovadoras que lleven a una mejor etiqueta de eficiencia sin impactar demasiado la arquitectura original del edificio ni el presupuesto de los propietarios.
Desafío 1. Mantener la sensibilidad estética
La estética de un edificio antiguo se puede ver alterada cuando tiene problemas de aislamiento térmico insuficiente, problemas de puentes térmicos o impermeabilización deficiente.
La idea es que al momento de hacer las rehabilitaciones se resuelvan estos inconvenientes respetando tanto como sea posible el diseño arquitectónico original del edificio.
Solución
Lo primero es hacer una evaluación de la estructura del edificio, materiales originales y elementos arquitectónicos clave. Consultores en edificios antiguos pueden hacer las recomendaciones sobre el tipo de materiales compatibles y técnicas discretas.
Para el aislamiento térmico se recomiendan procedimientos como aislamiento interno y aislamiento en cavidades.
El aislamiento interno se aplica cuando el aislamiento externo altera de manera significativa la fachada. En este caso, los paneles de aislamiento pueden tener un acabado que imite el interior original.
El aislamiento en cavidades es ideal cuando a las paredes se les puede inyectar material aislante. De este modo se mejora la eficiencia energética sin modificar el aspecto de la fachada.
En el caso de las impermeabilizaciones, primero se deben reparar grietas y fisuras utilizando técnicas y materiales que se integren con los existentes y luego impermeabilizar con membranas transpirables.
¡Ah! Y no se nos pueden olvidar las puertas y las ventanas… Estos son objetivos centrales al momento de hacer una rehabilitación energética de edificios antiguos ya que son fuentes primordiales de pérdida de climatización.
La principal opción siempre debe ser la restauración: se pueden restaurar los marcos existentes y añadir doble acristalamiento. Y si esto no es posible, se pueden usar réplicas que imiten los modelos originales pero con las prestaciones de eficiencia energética ya integradas.
Desafío 2. Actualización de los sistemas de climatización y ventilación
Actualizar los sistemas de climatización y ventilación de los edificios antiguos puede ser un quebradero de cabeza. La buena noticia es que hay suficientes soluciones innovadoras que no comprometen la integridad del inmueble.
Solución
La primera opción es evaluar si el edificio tiene conductos existentes adaptables y reutilizables (como las chimeneas). Falsos techos, pisos elevados y paredes huecas también son útiles.
En estos espacios se pueden instalar sistemas de ventilación mecánica controlada y/o unidades de tratamiento de aire.
Si la estructura del edificio lo permite y es posible adaptar los sistemas existentes, se pueden incorporar mecanismos de aerotermia como bombas de calor aire – aire o aire – agua.
Otra buena opción son los minisplit porque requieren una mínima intervención de la estructura y son discretos.
Antes de pensar en grandes modificaciones, siempre conviene evaluar si es viable mantener y actualizar los sistemas existentes. De este modo se mejora la eficiencia pero se conservan los elementos antiguos.
Desafío 3. Coste de las mejoras de rehabilitación energética
El gran “pero” que suelen poner los propietarios al momento de proponer una renovación energética (en especial si es de gran envergadura) es el precio por las obras.
Hacer rehabilitaciones energéticas implica un presupuesto que se verá amortizado, pero a mediano y largo plazo… Eso sin contar con las molestias que ocasionarán los trabajos en curso.
Solución
Poner el foco en los beneficios reales de estas acciones, como por ejemplo:
- Reducción del precio de las facturas de energía como resultado del bajo consumo.
- Disminución de la huella de carbono.
- Oportunidad de beneficiarse de subvenciones, programas de financiamiento, bonificaciones y deducciones fiscales.
- Aumento del valor de la propiedad.
- Seguridad y preservación del inmueble.
Al hacer las rehabilitaciones necesarias, la calificación energética sube y el consumo es más eficiente. Todo esto se traduce en facturas de energía más económicas.
Además, la demanda de energía de consumo primario disminuye, junto con la huella de carbono de todos lo que hacen vida en ese espacio.
Por otro lado están las subvenciones: hay diferentes tipos de ayuda para impulsar aquellas obras que conduzcan a la eficiencia energética. Luego están los estímulos fiscales para quienes logren reducir su consumo de energía primaria.
En cuanto al aumento del valor de la propiedad, desde 2013 cualquier inmueble que salga al mercado en calidad de compra-venta o alquiler tiene el deber de presentar un Certificado de Eficiencia Energética. Los más cotizados y mejor tasados son los que cuentan con una buena etiqueta energética.
Por último pero no menos importante están los temas de seguridad y preservación de los inmuebles. Las rehabilitaciones actualizan la seguridad de las instalaciones.