Cuando las temperaturas empiezan a bajar, los radiadores comienzan a encenderse… Es inevitable. Lo que sí podemos hacer es aplicar estrategias para optimizar su uso y reducir la factura de energía.
Radiadores en casa: pros y contras según su tipo
Los radiadores domésticos son los sistemas de calefacción que usamos en casa para mantener una temperatura confortable cuando la sensación térmica en el exterior es fría.
Para producir calor pueden utilizar electricidad, combustible (como gas o fueloil) o agua caliente. Y según sea su fuente de energía, la forma de producir calor cambia y el gasto energético también.
Radiadores eléctricos
De todos son los más sencillos de instalar y los más económicos, por eso son tan populares. Sin embargo, son los que más gasto energético generan al momento de su uso, ya que requieren de una gran cantidad de electricidad para producir el calor que hace falta para conseguir una temperatura confortable.
A diferencia de los radiadores por combustible y los de agua, estos sólo necesitan de una toma de corriente cercana para empezar a emitir calor progresivamente: al enchufarlos empiezan a calentar, sin generar malos olores o manchas en las paredes.
Piensa que un radiador eléctrico convencional tiene una potencia media que oscila entre los 2.000 y los 2.500 vatios, mientras que la potencia de uno de bajo consumo es de unos 600 vatios.
Pasar de un radiador eléctrico convencional a uno de bajo consumo puede implicar ahorros en la factura de entre 70% y 75%.
Radiadores de combustible
Su funcionamiento es un poco más complejo porque requiere la instalación de una caldera. En esta se quema el combustible que genera calor de manera casi inmediata, llevándolo al circuito de agua corriente sanitaria y/o a los radiadores.
Los radiadores de combustible son más eficientes que los radiadores eléctricos (su uso es más económico) y más accesibles que los radiadores de agua. Pero su instalación cada vez se desaconseja más ya que son altamente contaminantes, exigen mucha supervisión y promueven la dependencia energética.
Radiadores de agua que funcionan con bombas de calor
Si bien algunos radiadores de agua funcionan con combustible, en este caso nos referiremos sólo a los que proporcionan calor gracias a un sistema de aerotermia.
Estos utilizan placas solares térmicas para calentar el agua depositada en los tanques de almacenamiento que luego circulará por todo el sistema de radiadores.
Su gran ventaja es que utilizan energía 100% para funcionar, pero únicamente cuando esta está disponible (durante el día). Este tipo de radiadores necesitan de un sistema complementario para generar calor por las noches o la incorporación de baterías.
En ambos casos la inversión se eleva y hace que no sea un mecanismo autónomo.
Tips para optimizar el uso de tus radiadores
La optimización del uso de tus radiadores depende de varios factores: unos generales y otros que varían en función al tipo de radiador que tengas en casa. No obstante, hay consejos generales que aplican a cualquier tipo de tecnología.
Manten las puertas y ventanas cerradas
Si no tienes un sistema de ventilación en casa es normal que en algún momento debas airear las estancias para renovar la calidad del aire.
Lo que debes evitar es dejar puertas y ventanas abiertas de forma permanente o durante largos periodos de tiempo porque en este caso el radiador, sin importar la fuente de energía que use, tendrá que producir más calor para mantener la temperatura de confort.
Juega con variaciones de temperatura
Salvo que haya niños pequeños o ancianos en casa no es necesario mantener una temperatura constante en la vivienda. Puedes disminuir la temperatura de las estancias que no están en uso y también puedes aprovechar el calor residual.
Apagar los radiadores por las noches, luego de 16 horas contínuas de emisión de calor, puede implicar un ahorro de hasta el 13%, ya que se estaría aprovechando la energía residual del ambiente.
No bloquees la circulación del calor
Que tire la primera piedra quien no haya usado los radiadores para secar la ropa más rápido… Todos alguna vez hemos caído en la tentación de poner nuestras prendas de ropa sobre los radiadores.
Y claro, conseguimos que estas se sequen pronto, pero bloqueamos por completo la emisión del calor, lo que hace que la temperatura de las estancias bajen y haya luego que compensar.
Puedes usar el calor del radiador poniendo objetos cerca, pero sin romper la circulación del aire.
Haz un mantenimiento regular de tus radiadores
Da igual si son eléctricos, de combustible o de agua. Los radiadores son aparatos que necesitan una revisión periódica de tuberías y conexiones para comprobar que no hay fugas ni obstrucciones que reduzcan su eficiencia.
Actualiza tus equipos
Si tienes radiadores eléctricos y funcionan bien para ti, puedes cambiarlos por unos que necesiten menos potencia para funcionar.
Y si eres de los que prefieren los radiadores de combustible, hasta diciembre del 2025 tienes la posibilidad de sustituir tu caldera obsoleta con subvenciones y beneficios fiscales.
Recuerda que cualquier acción para mejorar la eficiencia energética de los hogares es subvencionable con 40% de la inversión, con un límite de 3.000 euros por vivienda.
Haz que tus hábitos sean óptimos
Durante el día puedes abrir las cortinas y persianas para que entre la luz del sol y caliente de forma natural las estancias.
También puedes cerrar las puertas de las habitaciones que no estén en uso para que se concentre el calor en las áreas de mayor tráfico.
Procura mantener una temperatura de 21°C. Ten en cuenta que cada grado que disminuyes en la calefacción implica un 7% de ahorro en tu factura.
¡Ah! Una cosa más: no olvides chequear que no haya fisuras ni hoyos en las paredes y que los marcos de puertas y ventanas estén bien fijados, mira que el calor se escapa por cualquier ranura.